Tuesday, June 29, 2010

El crista con que se mire

Nunca había escuchado a mi mamá decir más refranes que ahora.

Y es que ante la imposibilidad de exteriorizar con precisión todo lo que uno piensa, todo lo que se lleva por dentro, no hay nada mejor que un simple Refrán, un consomé de conocimientos ancestrales.

"Depende del Cristal con que se Mire", es el refrán con el que empezaría a explicar qué son los valores.

Por que eso son, la condición según la cual la vida pasa frente a mis ojos y yo la VEO según el cristal (o lente) que llevo puesto.

Los valores condicionan nuestra vida y lo que acontece a nuestro al rededor nos afecta más o menos según el valor (la apreciación) que le demos a cada hecho y de allí saldrá una reacción acorde.

Los valores que asumimos son consecuencia de ese libre albedrío que nos invita a tomar diferentes caminos, que si bien están determinados por el entorno, somos nosotros quienes decidimos por dónde ir.

Confío en ese libre albedrío porque lo veo. Compañeros del colegio que estudiaron luego la misma carrera que yo en la universidad, junto a mí, son totalmente diferentes a mí. Sus prioridades, su visión de la vida y sus actitudes frente a ella son cada una distinta de la otra. ¿Por qué?

Entonces, no puedo decir que definitivamente yo soy –como soy- porque estudié en el Loyola y luego en la UCAB. ¿Cuál fue la diferencia?

La educación y las relaciones personales de cada persona contribuyen a la formación de valores, pero no necesariamente son sinónimos. El entorno también es muy importante, aproximadamente cada 10 años una nueva generación nace, no en términos de natalidad sino en renovación de ideas que impulsan su vida, con valores unidos (aunque con jerarquía diferente) y en contraposición a los valores establecidos.

Cuando esa generación se empieza a evidenciar choca violentamente con la generación anterior, pero al pasar de los años se vuelve permeable y se fusiona volviendo el equilibrio emocional en la sociedad.

Creo que estamos precisamente en esos primeros años de esa nueva generación –a la que no pertenecemos nosotros los docentes- donde somos testigos de los cambios y donde podemos elegir ser protagonistas del proceso permeable. Tal vez por eso nos cueste tanto hablar de valores en estos días.